De niña, crecí rodeada de mujeres poderosas, mujeres reales que elegían y se construían ante mis ojos.
Mujeres que, en su proceso, me enseñaron a elegirme, a construirme no solo desde la mejor versión de mí misma, sino también la versión más "yo" que pudiera ser. Me dieron (y dan) fuerza para seguir construyéndome.
Ahora adulta, elijo seguir rodeándome de mujeres fuertes, mujeres que se construyen desde la sororidad, desde el amor. Que se hacen y deshacen y vuelven a hacerse desde el cuestionarse cómo estamos, cómo nos percibimos y qué podemos hacer al respecto. He ido construyendo red de apoyo, red de crecimiento seguro, red de inspiración.
Tomo mi cámara, la única arma que elijo usar, y salgo a marchar, llena de fuerza, llena de gritos, llena de lágrimas, llena de inspiración, llena de amor sororo.
Gracias, mujeres de mi vida.
Carla Orozco Odio
Coleccionista de sueños e historias.
Uso la cámara como excusa para vivir experiencias en este mundo.
Creo en usar las herramientas que tenemos para visibilizar y ayudar a levantar la voz de manera colectiva.
Estoy siempre lista para irme de aventura, tener una buena conversación o buscar formas en las nubes.
Todas las fotografías que acompañan el texto son autoría de Carla Orozco Odio, realizadas en San José, Costa Rica.