EL ENCIERRO
El gran confinamiento del año 2020 nos llevó a descubrir las verdaderas dimensiones de nuestros espacios cotidianos.
Hasta el año de la pandemia planificábamos nuestras vidas en función al exterior, y nuestras casas cumplían valor simbólico, un espacio de transición entre jornadas productivas, en el que raras veces vivíamos.
Pasábamos la mayor parte de nuestras vidas en oficinas, tratando con desconocidos a los que el destino convirtió en compañeros de trabajo.
Nunca imaginamos lo esencial de ese roce diario con personas que apenas conocemos.
NUESTROS ESPACIOS PERSONALES
Hemos tenido que adaptarnos a estar con nosotros mismos, y en el proceso descubrimos el espacio de transito que llamamos hogar, sus objetos silenciosos, ciclos repetitivos que marcan el paso del tiempo.
Las casas son templos de acumulación, libros que nunca leeremos, muebles ansiosos de cuerpos que los ocupen, comida que terminamos por botar.
De repente nos vimos condenados a vivir en nuestros hogares.
UNA HABITACIÓN SOLITARIA
La fotografía de Guillermo Barquero siempre ha tenido como característica explorar el espacio íntimo, pero ese espacio nunca se ha sentido tan en carne viva como en este presente distópico.
Las imágenes que conforman Transmisiones desde una habitación solitaria son un ejercicio de disección, a la vez que evidencia de nuestro paso por el tiempo.
Remiten a la mirada arqueológica, que trata de reconstruir la vivencia diaria a partir de fragmentos encontrados.
Barquero no rehuye la influencia de su formación en ciencias exactas, y muchas de sus imágenes remiten a los catálogos botánicos de Karl Blossfeldt, una labor exhaustiva de observación de las formas, a la vez que encuentro con estéticas ocultas.
La condición humana no escapa a esa misma mirada precisa y sistemática, los cuerpos son despojados de identidad, y son catalogados tal como han sido encontrados.
Las posturas y el contraste recuerdan cuerpos petri cados por la ceniza de un desastre volcánico.
Las escenas, evocadoras en principio, son tratadas con la distancia de quien disecciona afectos.
DISOCIARSE
Existe un esfuerzo por disociarse en estás imágenes, por ver esta experiencia diaria como algo que ocurre a otro, sin embargo el propio cuerpo no deja de estar presente, como otra forma de confinamiento.
En estas condiciones es natural que nos arrastre el delirio, comenzar a encontrar correspondencias inquietantes en las formas que pueblan nuestras horas.
La pandemia ha convertido nuestro espacio cotidiano en un lugar extraño, nos van a sobrevivir los objetos, los silencios y las sombras.
Nuestros contactos con el mundo animal son un recordatorio del pasar imperturbable de la vida.
Quizá sea esta nuestra única certeza.
JP Monge
GUILLERMO BARQUERO
Aunque el lenguaje escrito fue el responsable del origen de la
historia lineal, el compendio de im genes del mundo ya existía
antes en las cavernas, emulando los materiales vistos en el día a día: tanto con textos como con im genes he procurado crear historias, de esa forma; no La Historia, si no pequeñas historias que nos da lo cotidiano: lo falsamente lineal, y lo dibujado en mis cavernas.
De paso, he logrado armar novelas, cuentos, series fotográficas y,
en fin, un registro nada fidedigno de mis oscuridades.
Todas las imágenes realizadas por Guillermo Barquero. Texto por JP Monge.

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